Literatura del romanticismo y su papel en la historia - Redaccion joven

Publicado el 27 de marzo de 2020 por Álvaro

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Literatura del romanticismo y su papel en la historia

Publicado el 27 de marzo de 2020 por Álvaro
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A lo largo de toda la historia, el ser humano ha tratado de expresar todo lo que llevaba dentro a través de obras de arte, ya fueran pinturas, poemas, novelas, música o más recientemente, películas o videojuegos. El arte es una manera de expresión de emociones y sentimientos que de otra forma quedarían empequeñecidos. El arte es el vehículo del alma para aquellos que son capaces de llegar allí donde el arte trasciende el simple arte y se convierte en pura emoción. Y a lo largo de toda la historia, los hombres y mujeres han intentado plasmar en el arte sus propias vidas, sus emociones, sus dudas, sus temores, haciendo que llegaran a otros, que se hicieran las mismas preguntas, y materializando así un mensaje que estaba destinado a trascender.

Sin embargo, en cada época, en cada cultura, en cada momento de cada civilización, el arte se ha entendido de una forma diferente, y han  nacido corrientes que trataban de acercarlo más a sus postulados, de llevarlo más a la emoción, a la lógica, de trascender a través de la belleza de la forma, o retorciéndola hasta que nos diéramos cuenta que lo importante era solo el mensaje de fondo. La literatura es uno de los mejores puntos de encuentro para entender todas estas variaciones del arte, y es que en cada etapa hemos vivido una suerte de directriz que muchos han seguido, una corriente que se ha hecho popular en su momento y que ha llegado a nuestros días. En el artículo de hoy vamos a hablar del Romanticismo y su literatura.

Importancia de la literatura del romanticismo

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Surgido a finales del siglo XVIII, el Romanticismo se generó en Alemania y se fue diseminando por toda Europa, teniendo su mayor esplendor en la primera parte del siglo XIX. Su importancia fue tal en aquel momento, un revulsivo cultural tan fuerte y tan intenso, que su influencia ha llegado hasta la actualidad. El romanticismo rompía con esa primera etapa racionalista absoluta que se había producido a principios del siglo XVIII, y traía consigo nuevos bríos, poniendo la mente en las literaturas clásicas, tornándose mucho más idealista, provocador, algo que era necesario en aquel momento en Europa, en los estertores de la Inquisición. Los autores Románticos fueron los auténticos rupturistas en su momento, los que propusieron una forma diferente y original de entender el arte como impulso, como pasión.

Características de la literatura del romanticismo

Aunque el Romanticismo, al extenderse por toda Europa a lo largo del siglo XIX, tuvo diferentes variaciones casi en cada uno de los países a los que llegó, normalmente siempre había unas características fijas que muchos autores extranjeros imitaban de los autores alamanes que habían fundado el movimiento, conocidos popularmente como Sturm und Drang. El romanticismo primigenio parte de la intención de los autores de enfrentarse al creciente capitalismo industrial que estaba empezando a desarrollarse desde Reino Unido a toda Europa. También al racionalismo ilustrado, que trataba de explicarlo absolutamente todo y si no era capaz, directamente negaba la existencia de todo lo no cuantificable, dejando fuera a las emociones, a los sentimientos, a la pura inspiración.

Para el Romanticismo, el autor era solo un vehículo de esa inspiración, que llegaba del mundo de lo transcendental, de lo que hay más allá de lo que podemos ver hasta ahora, para mostrarnos algo que nuestra mente racional jamás sabría interpretar. Por eso se vuelve la mirada a la naturaleza, a lo abstracto, a los sueños y pesadillas, a las leyendas medievales y también a la literatura y a los mitos antiguos, porque es ahí donde nace nuestra propia cultura. Eran comunes los temas profundos, tratando de encontrar sentido a la vida, a los propios sentimientos e incluso a Dios. La literatura del romanticismo gustaba de incluir temas sobrenaturales en sus obras, y ubicarlas en lugares exóticos y lejanos, o abandonados, como criptas, cementerios o iglesias ruinosas.

Autores del romanticismo

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El Romanticismo como corriente literaria no duró más de un siglo, aunque es cierto que tuvo un éxito enorme en toda Europa, e incluso posteriormente en otros países como Estados Unidos, Argentina y Colombia, ya a finales del XIX. Uno de los principales adalides del Romanticismo fue Wolfgang Goethe, autor de Fausto, una de las obras cumbres del género. En España también hubo grandes referentes, aunque algo tardíos, como Gustavo Adolfo Bécquer, Rosalía de Castro o José de Espronceda, la mayoría involucrados más en la corriente poética. Lord Byron y Mary Shelley fueron representantes insignes del género en Reino Unido, de la misma forma que Victor Hugo fue su autor más importante en Francia. En Estados Unidos podemos hablar de la figura de Edgar Allan Poe, maestro del terror y creador del género detectivesco.

Obras indispensables de esta etapa

Ya hemos visto que hubo muchos autores insignes dentro de este género, tanto en Alemania como en toda Europa, e incluso más allá del continente. Goethe creó Fausto, su magna obra, en la que introducía muchos de los símbolos que el Romanticismo Alemán se había ocupado de alentar en esa época: paisajes desolados, naturaleza, puntos sobrenaturales, la digresión entre humanidad y religiosidad… Mary Shelley recogió también algunos de esos puntos para llevar a cabo su obra Frankenstein o El Moderno Prometeo, una de las más fascinantes de la época, que daría también un impulso al género de la ciencia ficción y el terror. Lord Byron, su buen amigo, también destacó con obras como El Corsario, aunque la mayoría eran poemas.

Bécquer es también considerado como uno de los autores más relevantes de esta corriente, y nos dejó tanto preciosas poesías como pequeños relatos, las Leyendas, en las que daba rienda suelta a toda su imaginación y propugnaba un romanticismo literario de libro. Las hermanas Charlotte y Emilie Bronte crearon dos de las obras cumbres de la literatura del siglo XIX, Jane Eyre y Cumbres Borrascosas, dos libros imprescindibles también para entender el Romanticismo. Por último, podemos destacar también los cuentos de Edgar Allan Poe, como Ligeia, El Gato Negro o El Retrato Oval, que son obras que pueden ser también incluidas dentro de esta corriente.